La irrupción del movimiento bolsonarista que pide un golpe militar en Brasil provocó respuestas en todo el mundo. En Argentina, de izquierda a derecha, lo que se planteó desde cada coalición habla mucho de los proyectos e intereses de cada partido.
Éste domingo en Brasil, algunos miles de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro irrumpieron en el Congreso, la casa de Gobierno y el Supremo Tribunal Federal, exigiendo la intervención de los militares: pidiendo un golpe de Estado.
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Con la misma intención, los bolsonaristas acamparon durante 70 días frente al cuartel general del Ejército de Brasil. Y anteriormente, habían realizado bloqueos de rutas que fueron enfrentados y desarticulados por trabajadores organizados y por pobladores.
Frente al accionar golpista, el presidente Lula Da Silva, líder del Partido de Trabajadores (PT), evitó una vez más convocar la fuerza del movimiento obrero. Por el contrario, se apoyó en las fuerzas represivas del Estado y en pactos con los partidos del régimen, el poder económico de Brasil y hasta el gobierno de los Estados Unidos.
Aunque los "golpistas" fueron desalojados y serán procesados, todavía hay que ver cómo se desarrolla este movimiento reaccionario y protofascista, ligado al expresidente Jair Bolsonaro, a la Iglesia evangélica y emparentado al trumpismo y la extrema derecha mundial.
En Argentina -al igual que en el resto del mundo- de izquierda a derecha, los espacios y figuras políticas se posicionaron frente a lo sucedido. Lo que cada uno planteó, habla mucho de sus proyectos e intereses más profundos. ¿Qué dijeron?
La izquierda
Los diputados y diputadas del Frente de Izquierda Unidad (FIT-U), Nicolás Del Caño, Myriam Bregman, Alejandro Vilca y Romina del Plá, de inmediato repudiaron el accionar golpista. Y éste miércoles entregaron un proyecto de repudio ante la Cámara de Diputados del Congreso Nacional argentino.
Nuestro enérgico repudio al acto golpista de los bolsonaristas que han tomado el Congreso de Brasil.
— Nicolas del Caño (@NicolasdelCano) January 8, 2023
Todo nuestro repudio al intento golpista de bolsonaristas en Brasil.
— Myriam Bregman (@myriambregman) January 8, 2023
Todo nuestro repudio al intento golpista de bolsonaristas en Brasil.
— Myriam Bregman (@myriambregman) January 8, 2023
Todo el repudio a las acciones antidemocráticas y golpistas de bolsonaristas que invaden el Congreso brasileño. https://t.co/to3omMsaFw, vía @izquierdadiario
— Alejandro Vilca (@vilcalejandro) January 8, 2023
El bolsonarismo está protagonizando una nueva intentona golpista en América Latina.
Llamamos a derrotarlo con la movilización popular.
— Romina Del Plá (@RominaDelPla) January 8, 2023
Todo el repudio a las acciones antidemocráticas y golpistas de bolsonaristas que invaden el Congreso brasileño. https://t.co/to3omMsaFw, vía @izquierdadiario
— Alejandro Vilca (@vilcalejandro) January 8, 2023
El bolsonarismo está protagonizando una nueva intentona golpista en América Latina.
Llamamos a derrotarlo con la movilización popular.
— Romina Del Plá (@RominaDelPla) January 8, 2023
A su vez, los referentes del PTS en el FIT-U, se hicieron eco de la posición del Movimiento Revolucionario de Trabajadores (MRT) de Brasil, con el que comparten una organización internacional, la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional, con partidos hermanos en 14 países.
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En su declaración: plantean la necesidad de una respuesta organizada del pueblo trabajador brasileño, a través de un paro nacional que los ponga como protagonistas, para enfrentar las acciones golpistas y por la derogación de las reformas reaccionarias que dejó Jair Bolsonaro.
“Nuestro más enérgico repudio a todas las acciones golpistas pasa por definir la mejor estrategia para enfrentar al bolsonarismo, que debe darse con los métodos de la clase obrera e impulsando un Frente Único Obrero, lo que solo puede darse en combinación con la lucha por la derogación de las reformas antiobreras y en apoyo a las luchas en curso, como la movilización de los trabajadores de reparto del día 25”, sostienen.
Para la izquierda, no se trata solo de enfrentar a este movimiento protofascista en las calles y a través de la fuerza organizada de los trabajadores, sino también de revertir todas las medidas antipopulares que dejó como herencia el bolsonarismo. Batalla que Lula Da Silva no parece estar dispuesto a dar. Así como tampoco la dio el Frente de Todos en relación a la herencia macrista -que no pudo avanzar en tales reformas, porque el pueblo trabajador y la juventud le puso un freno en el 2017.
Juntos por el Cambio
Horacio Rodriguez Larreta fue el encargado dentro de Juntos por el Cambio, de dar la respuesta más "políticamente correcta" frente a lo sucedido. Ubicado siempre más al centro, dentro de la coalición derechista que integra.
Profunda preocupación por el asalto a las instituciones de la democracia en Brasil. Mi condena absoluta a la acción violenta y mi total solidaridad y apoyo a @LulaOficial y a todo el pueblo de Brasil.
— Horacio Rodríguez Larreta (@horaciorlarreta) January 8, 2023
Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Miguel Ángel Pichetto, pusieron más peros a la hora de repudiar. Es que gran parte de Juntos por el Cambio tiene una clara afinidad política e ideológica con Jair Bolsonaro y, a su vez, utilizan el hecho para polarizar con el Frente de Todos, desde una agenda derechista y antiobrera.
Patricia Bullrich directamente evadió emitir opinión frente a la intentona golpista. Y aprovechó la ocasión para apuntar contra el oficialismo, en defensa de los miembros de la Corte Suprema de Justicia, que tantos favores ha hecho a su coalición. Una casta judicial que ha tomado nota del golpe institucional contra Dilma Ruseff (PT) en Brasil y que hoy, lejos de buscar la verdad sobre la corrupción durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, utiliza su poder para sacar del juego político a la vicepresidenta.
DEMÓCRATAS CON OTROS PAÍSES Y AUTORITARIOS AQUÍ.
Aquí, quieren tomar la Corte Suprema de Justicia y destruyen al Congreso con 14 toneladas de piedras. El día que retire el pedido de juicio político a la Corte, puede opinar sobre lo que sucede en Brasil. https://t.co/j4ZSJAQgWl— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) January 8, 2023
No sorprende esta respuesta de Bullrich, si además recordamos que ella siendo ministra de Seguridad en el gobierno de Mauricio Macri, envío armamento y gendarmes a Bolivia, durante el gobierno de facto de Jeanina Áñez, para reprimir al hermano pueblo boliviano que resistió al Golpe, igual que hoy lo hace el pueblo de Perú.
Miguel Ángel Pichetto, aunque repudió lo sucedido, hizo un movimiento similar al de Bullrich.
El presidente Fernández habló de golpe. Es malo lo que pasó en Brasil, pero también es muy malo en la Argentina el ataque a la Corte Suprema.
Defender la democracia conlleva el respeto a los otros poderes del Estado. La coherencia debe regir la vida de los hombres públicos.— Miguel Ángel Pichetto (@MiguelPichetto) January 9, 2023
Mauricio Macri quiso mostrarse más como estadista y publicó en twitter: "La democracia y las instituciones tienen que ser respetadas siempre y en todas partes. Porque primero destruirán a las instituciones, después destruirán la libertad y la vida".
Y en el mismo hilo de twitt agregó: No debemos olvidar que el kirchnerismo que hoy se muestra conmocionado por los sucesos en Brasil es el mismo que en 2017 organizó, promovió y protagonizó el asalto violento al Congreso de la Nación Argentina".
No debemos olvidar que el kirchnerismo que hoy se muestra conmocionado por los sucesos en Brasil es el mismo que en 2017 organizó, promovió y protagonizó el asalto violento al Congreso de la Nación Argentina.
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) January 8, 2023
La defensa de la instituciones que hace el expresidente tiene que ver con mantener el orden que resguarda los negocios capitalistas y la propiedad privada, y no en defensa de las libertades democráticas, o los derechos adquiridos por las mayorías.
Un dato no menor es que Macri viene de reivindicar a la monarquía de Qatar, donde no existen libertades democráticas de ningún tipo y la mostró como un ejemplo porque allí no existen sindicatos.
Macri, al igual que Bullrich, menciona los eventos del año 2017: las jornadas de movilización obrera y popular que ocurrieron frente al Congreso cuando tanto el macrismo, como una parte del peronismo, votaron la reforma jubilatoria.
En aquella ocasión, los trabajadores en muchos casos sobrepasaron a las conducciones peronistas de sus sindicatos y confluyeron por miles contra el robo a los jubilados, junto a la izquierda que enfrentó organizadamente la represión policial. Los diputados del FIT-U, luego de rechazar dentro del Congreso el ataque a los jubilados y la represión, fueron gaseados cuando bajaron a unirse a los manifestantes.
Se trató de una movilización en defensa de un derecho adquirido: la jubilación. Y con métodos legítimos, como lo son el derecho a huelga o a manifestarse. En esa oportunidad, se le puso un freno al intento de avanzar en la reforma laboral. Muy distinto del movimiento pro-Bolsonaro que busca pasar por encima del voto popular e imponer un golpe militar.
La verdadera violencia vino de parte de la policía que no dudó en agredir a los adultos mayores que acudieron en defensa de sus derechos. La verdadera violencia fue el ajuste que, a través de las instituciones democráticas, los partidos del régimen hicieron caer sobre las espaldas de los jubilados y jubiladas.
Por su parte, el kirchnerismo jamás quiso volver a repetir tal despliegue de fuerza por parte de los trabajadores y buscó impedirlo por todos los medios, desviando aquella energía de lucha en la consigna "hay 2019". Hoy es parte de un gobierno que aplica un ajuste brutal (¡también sobre jubilados y jubiladas!) al servicio del FMI, primero con Martín Guzmán y ahora con Sergio Massa. Su giro a derecha es notable.
Sin ir más lejos, quien será el nuevo jefe de asesores del presidente Alberto Fernández, Antonio Aracre, defiende la idea de una reforma laboral que ahonde en la flexibilidad y la precariedad que ya se vienen profundizando; al igual que postula la oposición de derecha. Lo mismo plantea la ministra de Trabajo del Frente de Todos, Raquel Kelly Olmos.
Lo que la manifestación obrera y popular logró detener en el año 2017, podría volver a asomar en cualquier momento, bajo las exigencias del Fondo Monetario Internacional.
Libertarios
Javier Milei, quien apoyó abiertamente a Jair Bolsonaro en las elecciones de Brasil, evitó hacer un repudio en primera persona y se referenció en el documento publicado por el Foro Madrid, una junta internacional de extrema derecha.
“Foro Madrid condena de la manera más categórica la violencia ejercida por quienes asaltaron el Palacio de Planalto en Brasilia, a la vez que denuncia la doble moral de los mandatarios y organizaciones progresistas, que salieron de inmediato a apoyar a Lula da Silva, pero que guardan silencio frente a episodios similares en otras naciones”, plantea el documento.
Y continúa en tono macartista: "A diferencia de la izquierda, quienes defendemos la democracia y las libertades mantenemos un solo criterio: que la violencia no se justifica en ninguna circunstancia, ni cuando asaltan el Palacio de Planalto, ni cuando incendian el Metro de Santiago de Chile o cuando la Primera Línea destruye la ciudad de Cali”.
Si Macri apuntó contra el último escenario donde los trabajadores desplegaron una gran fuerza coordinada en Argentina, contra reformas que hoy pide el FMI; la extrema derecha del Foro de Madrid y Javier Milei, apuntan a las revueltas ocurridas en los países hermanos de Chile y Colombia en los últimos años.
Los motivos de estos estallidos sociales, tuvieron que ver también con intentos de aplicar reformas antipopulares a pedido del Fondo, en el caso de Colombia; y enfrentar las consecuencias de la herencia neoliberal de la dictadura pinochetista en Chile.
Por otro lado, el programa económico que plantean quienes se llaman "libertarios", requiere de un Estado gendarme, pues implica violentar derechos adquiridos por los trabajadores durante décadas de lucha, oponerse a derechos conquistados por el movimiento de mujeres y personas LGTTTBIQ+, como así también atacar el legítimo derecho a la organización y la lucha del pueblo trabajador y pobre.
Hasta el final, el discurso "anti-violencia" que plantean las derechas, es en post de que resguardar el monopolio del uso de la violencia por parte de los Estados capitalistas. Aún más, buscan torcer la relación de fuerzas en favor de los empresarios, a través del Estado, para disciplinar y someter aún más a las mayorías populares.
Frente de Todos
El presidente Alberto Fernández, la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner y distintos funcionarios repudiaron la intentona golpista. Y a su vez, le dieron apoyo político al gobierno de Lula Da Silva, con quien son aliados en la región.
Demostremos con firmeza y unidad nuestra total adhesión al Gobierno elegido democráticamente por los brasileños que encabeza el presidente @LulaOficial.
— Alberto Fernández (@alferdez) January 8, 2023
A segmentos de la población (inclusive algunos en contra de sus propios intereses económicos) para jaquear la democracia.
Confiamos en la experiencia de @LulaOficial para afrontar este verdadero desafío a la democracia del Brasil.
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) January 8, 2023
A segmentos de la población (inclusive algunos en contra de sus propios intereses económicos) para jaquear la democracia.
Confiamos en la experiencia de @LulaOficial para afrontar este verdadero desafío a la democracia del Brasil.
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) January 8, 2023
Pero hay que decirlo: Ignacio Lula Da Silva conformó un gobierno de coalición y de alianzas con la derecha brasileña, reconciliándose hasta con quienes impulsaron el golpe institucional a Dilma Russeff y fueron responsables de meter preso al propio Lula.
Sin ir más lejos, su vicepresidente, Gerardo Alckmin, es un neoliberal que representa a los sectores patronales que se beneficiaron con las reformas antipopulares de los expresidentes Jair Bolsonaro y Michel Temer. El Frente de Todos da su apoyo político al actual gobierno de Da Silva sin cuestionar nada de esto.
La encerrona en la que se encuentra el Frente de Todos para enfrentar a la derecha y la extrema derecha en Argentina, es similar a la que tiene Lula Da Silva en Brasil. Buscan evitar por todos los medios que intervenga la fuerza organizada de los trabajadores y los movimientos, porque le temen más al despliegue de esa fuerza social, que a las consecuencias de que avancen elementos protofascistas.
A su vez, el Frente de Todos ha demostrado que no le interesa revertir las consecuencias de la herencia macrista en la Argentina. Por el contrario, durante éste Gobierno profundizó la transferencia de ingresos a los sectores más concentrados de la economía y aumento brecha de desigualdad entre los más ricos y los más pobres, como así también la pobreza y la precarización.
Con la exclusa de la "relación de fuerzas" y otros cantos a la resignación, anteponen los intereses del FMI y las grandes patronales, por sobre las necesidades de las mayorías. Tarea que hoy continúa el ministro de Economía Sergio Massa, conocido amigo de la embajada norteamericana.
CFK llama a hacer un "análisis profundo y descarnado" sobre el avance de la extrema derecha en la Argentina. Y apunta a las oposiciones de derecha y al rol de los medio de comunicación
Pero no se puede explicar el crecimiento y desarrollo de la extrema derecha en la Argentina, sin considerar el caldo de cultivo que implica la crisis social y económica a la que contribuyó el gobierno del Frente de Todos, traicionando sus promesas de campaña. Mientras los líderes sindicales del peronismo y el kirchnerismo garantizan la "paz social", dejando pasar los ataques al salario y las condiciones de vida, que implementa su propio Gobierno.
El Frente de Todos contribuye a este clima político, con el corrimiento a derecha de su agenda, y dando espacio a los elementos más conservadores del peronismo, como Juan Manzur o los mencionados Aracre, Kelly Olmos y Massa, quien hoy es la figura central del Gobierno.
En suma, la posición del Frente de Todos, al igual que la de Ignacio Lula Da Silva en Brasil, consiste en apoyarse en las instituciones del régimen capitalista y en pactos con el imperialismo; a la vez que apuesta a desmovilizar y contener la fuerza social del pueblo trabajador, que es la única capaz de dar una salida favorable para el conjunto de los pueblos oprimidos.