Solo en la ciudad de Juchitan, Oaxaca, ya suman 58, a los que se suman los muertos en otras poblaciones en Oaxaca, Chiapas y Tabasco.
Viernes 8 de septiembre de 2017
Aunque el presidente Enrique Peña Nieto afirmó que son 30 las personas muertas por el sismo de anoche, ya la cifra de fallecidos asciende a 58 y los heridos se cuentan por cientos.
Esta información fue dada por el presidente municipal, y la cifra puede ascender debido al número de desaparecidos y personas atrapadas bajo los escombros. Son al menos 1000 las casas derrumbadas.
En esta población, la situación es apremiante. Los habitantes piden apoyo con agua potable y víveres, y el hospital -que sufrió afectaciones por el terremoto- se encuentra desbordado para atender a la cantidad de heridos y damnificados.
Mientras tanto, recién después de 12 horas del sismo las autoridades federales anunciaron que Peña Nieto viajará a Chiapas. El presidente estuvo ayer en Oaxaca, en medio de una brutal represión contra el magisterio de la sección 22, que enfrentó la acción de más de 1500 efectivos.
La Secretaria de Hacienda anunció tardíamente que alistará un recurso especial para desastres naturales. Ya se mostró ante las inundaciones que las “ayudas” que anuncia el gobierno no cubren ni de cerca las necesidades de los damnificados. Mientras tanto, los trabajadores y el pueblo pobre de Oaxaca y de Chiapas sufren las consecuencias del terremoto. Las mismas no tienen nada de “naturales”; son el resultado de que los gobiernos actúan a favor de los empresarios, y no les importa las condiciones de vida y la seguridad de las grandes mayorías.
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