El gobierno en medio de la crisis no deja de sorprender, se dio a conocer una política de más endeudamiento internacional así como un giro en política petrolera de mayor apertura a transnacionales
Volviendo a la misma receta de sobre endeudamiento
En medio de la fuerte crisis económica que sacude al país, el gobierno de Maduro abrió la posibilidad de una nueva emisión de deuda que le permita obtener liquidez, de acuerdo a lo que sostuvo este martes 26 el vicepresidente del área económica del gobierno, Miguel Pérez Abad.
Hasta el momento, ni el gobierno en nombre de la República, ni PDVSA, han emitido deuda en los últimos años para evitar pagar los abultados intereses de sus bonos de hasta 40 por ciento, por encima de países que han caído en incumplimiento de pagos. Elevados intereses que el gobierno da en llamar “boicot financiero” para que el país tenga dificultades para acceder al crédito internacional.
En momentos de una fuerte caída de las reservas internacionales así como la gran baja por ingresos petroleros, el gobierno recurre a mayor endeudamiento como una de sus vías, hipotecando más al país. "Miramos cómo ha venido cayendo el riesgo país, que es un indicador importantísimo, más de 1.100 puntos (...) lo que nos garantiza salir a los mercados internacionales a la búsqueda de nuevas fuentes de financiamiento para la República", afirmó Pérez Abad en una entrevista en el canal Venezolana de Televisión (VTV).
Aunque el también empresario y ex presidente de Fedeindustria, y actual ministro de Industria y Comercio, no ofreció detalles adicionales sobre los nuevos mecanismos de financiamiento vía endeudamiento, aclaró que Venezuela no tiene que cancelar más vencimientos hasta el 2018. Pero es de constatar que le falta cumplir al país muy elevados pagos de intereses en lo que va del año y entrante. Esto para solo hablar de los compromisos de la República sin contar la deuda de PDVSA.
El presidente Nicolás Maduro ha hablado en el pasado sobre la necesidad de conseguir fuentes de dinero fresco, tras el derrumbe de los precios del crudo, que en medio de la crisis económica, para el 2014 se ha elevado a casi un 99%. Siendo que también ha denunciado que el mercado castiga los bonos venezolanos de manera irracional, al tasarlos con un riesgo demasiado elevado, a pesar de que tanto Maduro, como antes lo hacía Chávez, han pagado religiosamente la deuda externa.
De acuerdo a la agencia Reuters, “el diferencial entre el rendimiento de la deuda venezolana y los referenciales de los bonos del Tesoro de Estados Unidos -una medición de la prima de riesgo del país- se ha reducido más de un tercio desde febrero a unos 2.500 puntos básicos en el índice de JPMorgan. Pero aún así, es el país con mayor percepción de riesgo de los mercados emergentes”.
Como ya reseñamos en este diario en un reciente artículo, en busca de liquidez en medio de una acuciante escasez de alimentos y medicinas, el Fondo latinoamericano de Reservas aprobó el lunes un crédito de 482,5 millones de dólares al Banco Central de Venezuela.
¿Viraje en el sector petrolero?
Este mismo miércoles también trascendió que PDVSA anunciará “próximamente” un canje de bonos para hacerle frente a los fuertes compromisos de pago para este año. “Tenemos montado un plan que será anunciado próximamente de intercambio de nuestra deuda, que tiene un peso muy fuerte en 2016 y 2017. Lo que resta de este año, solamente, tenemos vencimiento de 3.500 millones de dólares”, dijo Eulogio Del Pino, ministro de Petróleo y Minería, a la salida de un encuentro en la 38va Asamblea de la Cámara Petrolera de Venezuela, de acuerdo a lo que reportaron las agencias de prensa.
Pero lo fundamental que quedó más claro son los giros que está dando el gobierno en materia petrolera, orientados al sector privado. De acuerdo a lo que reportó la publicación local especializada en petróleo, Petroguía, Eulogio del Pino declaró que: “Debemos ir a nuevo modelo con mayoría del sector privado y eso pasa por un reconocimiento de errores: creo que lo que se hizo en el lago de Maracaibo tuvo muchos errores, debemos reconocerlo y hemos ido a un esquema en el cual a todos aquellos empresarios, que aún quieran continuar, vamos a devolverle sus actividades”.
Enfatizando además que: ”En la Faja del Orinoco, tenemos firmados acuerdos con 20 empresas mixtas con una modalidad que rige esta nueva estrategia que estamos llevando adelante porque son compañías en la cual la parte privada tiene 80% y PDVSA 20%. ¿Qué significa ese 20%? Primero, permite una lista prioritaria de pagos; y segundo, le da seguridad desde el punto de vista de impuestos y permisología. Nuestra participación accionaria es para dar confianza”, enfatizó.
Aunque en principio, de acuerdo a lo interpretado por Pegroguía, “esta propuesta se refiere sólo a empresas de servicios contratadas por PDVSA o sus socios, sin que ello implique que este esquema sea adoptado por las empresas mixtas”. Se alerta que no estaría descartado que se busque elevar la participación del sector privado o extranjero “dentro de lo que permite la Ley Orgánica de Hidrocarburos y la Constitución, a menos que haya reformas”.
Esto iría en total contramano en lo que respecta a las políticas que venía teniendo PDVSA en lo que dice respecto a los acuerdos con el sector privado y trasnacional en función del llamado discurso de “soberanía petrolera” impulsado desde Chávez. Pero que estaría en consonancia lo que ya se viene haciendo en el sector minero, como por ejemplo, en la explotación del Arco Minero del Orinoco, de grandes concesiones a las trasnacionales.
Como vemos, el gobierno de Maduro recurre cada vez más a nuevas ataduras a los acreedores internacionales que luego vendrán con sus exigencias de pago cuando justo más pega la crisis, como lo hemos visto en este último período en que se ha tenido que pagar más de 30 mil millones de dólares, sangrando cada vez más al país.
Pero también recurre a una mayor apertura a las trasnacionales, como al sector privado local, para la succión cada vez más de nuestras riquezas, como lo hace en el sector minero y ahora avanza en el área petrolera, ofreciéndole grandes concesiones. Y el gobierno de Maduro tiene el descaro de llamarse de “socialista” con estas políticas, y más aún de “obrerista” cuando el pueblo trabajador paga la agobiante crisis.