Con la fuerza de los portuarios y la amenaza de la huelga general, en el marco de un creciente descontento popular Piñera fue derrotado en su intento de frenar el tercer retiro de pensiones del sistema privado. Ante su debilidad, hay fuerza para ir por más.
El presidente chileno Sebastián Piñera pretendía hacer vetar una ley que permitía a los trabajadores retirar un 10% de sus ahorros del sistema privado de jubilaciones. Los empresarios y dueños de las administradoras privadas de pensiones (AFP) estaban en contra porque este retiro, que sería el tercero desde que comenzó la pandemia y ayuda a paliar la catástrofe económica que vive el país, no solo amenaza el enorme negociado de administrar pensiones, sino que cuestiona directamente a todo el sistema de jubilaciones privadas heredado del pinochetismo.
Sin embargo, el creciente malestar social con el anuncio de Piñera de vetar la resolución vía un Tribunal Constitucional (TC), generó protestas en todo el país con cacerolazos, marchas y una importante huelga portuaria que terminó con convencer al TC de darle la espalda a Piñera infringiéndole una dura derrota.
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El paro portuario derrotó al Gobierno de Piñera y se convirtió en un ejemplo para todo el pueblo chileno, que apoyó con cacerolazos el llamado a lucha de los portuarios. En la última jornada (26, 27 de abril) los trabajadores paralizaron 5 turnos, en 17 puertos en un paro nacional que convocó a más de 8 mil trabajadores de 25 terminales.
La detención de faenas se llevó adelante en los puertos de Iquique, Tocopilla, Antofagasta, Chañaral, Caldera, Huasco, Quintero-Ventanas, San Antonio, Talcahuano-San Vicente, Coronel, Penco-Lirquén, CAP, Corral, Puerto Montt, Calbuco, Chacabuco y Punta Arenas, además del Terminal 2 del Puerto de Valparaíso.
Fue una jornada de protesta nacional y paro, que tuvo como sello la combatividad de los trabajadores portuarios en la zona central y en el puerto de Iquique que bloquearon accesos, se movilizaron junto a sectores populares y trabajadores en diferentes plazas del país.
"Esto lo hacemos por el pueblo" era el grito de los portuarios que se instalaron en el escenario nacional y tensionaron a todo el arco político y sindical de la clase trabajadora. Los sindicatos adheridos a la unión portuaria protagonizaron importantes jornadas de lucha, pero también fueron sacudidos los puertos donde aún existen los sindicatos patronales como la COTRAPORCHI (DC-PS) donde las bases portuarias impusieron el paro. Así se vio en Coquimbo y el paro de 2 horas del patio el cobre en Puerto Angamos (mejillones), mientras que en Arica y mejillones crecía el cuestionamiento.
Se puso en movimiento uno de los sectores estratégicos de la clase trabajadora, que le hizo una amenaza al gobierno en nombre de todo el pueblo. Estas importantes jornadas de movilización fueron acompañadas de protestas en poblaciones, cacerolazos y barricadas. El discurso de políticos del régimen era explícito; si Piñera no retrocede se va a profundizar el paro portuario en una huelga general, eso es lo que tenemos que evitar.
No fueron las maniobras y amenazas parlamentarias de la opositora exConcertación, el neoreformista Frente Amplio o el reformista Partido Comunista lo que hizo retroceder al régimen, y torció la voluntad del TC. No fueron las “acusaciones constitucionales” las que pusieron entre la espada y la pared al Gobierno.
A pesar de que Piñera era sostenido por el gran capital y los dueños de Chile, que intentaron frenar el tercer retiro del 10%, fue la fuerza de la paralización de los portuarios, que bloqueando la cadena de exportaciones de la economía nacional, y que junto al llamado de la huelga general y la posibilidad de que se extienda el paro a otros sectores productivos, en medio de la crisis sanitaria y un creciente descontento popular, lo que terminó de definir la relación de fuerzas.
Se puede ir por más
Los portuarios se pusieron a la cabeza del reclamo del conjunto de la población. Si bien el tercer retiro no resuelve la problemática de fondo, era una necesidad frente a la respuesta criminal del gobierno que busca combatir el covid con represión y bonos para los que nadie califica.
Estos días de intensas jornadas de movilización pusieron en la palestra este problema, las condiciones de vida en las que está el pueblo trabajador. Pero ¿dónde estuvo la central de trabajadores (CUT) y la “oposición” en los días clave sobre el debate del tercer retiro del 10%? Mientras se proclamaba el paro en los puertos del país, las direcciones del PC y el PS en la CUT se limitaron a hacer llamados de alerta, pero sin tomar ninguna medida que apunta a unificar a la clase trabajadora frente a las medidas autoritarias de Piñera.
El silencio de las burocracias sindicales dirigidas por el exConcertación y el PC es acorde a la estrategia de estos partidos. Junto al Frente Amplio se limitaron a realizar maniobras parlamentarias, mientras lo que estaba planteado era llamar y organizar un plan de lucha y preparar un gran paro nacional para derrotar al gobierno.
El dirigente del Partido de Trabajadores Revolucionarios de Chile, Dauno Totoro, dijo a La Izquierda Diario "Con el paro portuario pudimos arrebatar el 10%, pero con la unidad de toda la clase trabajadora podemos ir por mucho más y conquistar un verdadero plan de emergencia al servicio de las necesidades de la clase trabajadora y el pueblo, no de los empresarios y sus ganancias. ¡Basta de pelear divididos!".
"Con un paro nacional efectivo y huelga podemos conquistar un Ingreso universal de emergencia para desempleados, trabajadores informales y dueñas de casa de 550.000 pesos chilenos. La prohibición inmediata de los despidos y suspensiones, asegurando el pago íntegro del salario que para nosotros no debe ser inferior a $550.000 bajo cualquier circunstancia, incluso en todos los lugares que cierren por cuarentena se debe garantizar ese ingreso a cada trabajador. Creación de Comités de Higiene y Seguridad en cada lugar de trabajo para decidir la suspensión de labores no esenciales o readecuación.
La centralización del sistema de salud privado y público, nacionalizando clínicas y laboratorios privados que lucran con la salud y la vida de las personas, para poner toda la infraestructura al servicio de combatir la pandemia Sueldos dignos y contratación inmediata de personal bajo condiciones dignas, entre otras medidas".
Extender el ejemplo de los portuarios
La paralización de 25 terminales, por casi 72 horas mostró la fuerza decisiva de los trabajadores portuarios. Se puede avanzar en la coordinación de los trabajadores de distintos sectores y pasar de las palabras a los hechos, para preparar una huelga general efectiva este 30 de Abril.
"Por eso es necesario impulsar asambleas generales en todos los puertos del país para discutir cómo desarrollar esta perspectiva, organizar comisiones de convencimiento para llegar a todas las minas, industrias, forestales, bancos y aeropuertos y las poblaciones. Hay que utilizar el llamado a huelga general sanitaria, como un gran puntapié de la movilización nacional para que la crisis la paguen los empresarios", señaló Tótoro.
Chile despertó, Fuera Piñera ¡Los trabajadores tenemos la fuerza!
"Piñera no se va ir. Lo tenemos que tirar con la fuerza de los trabajadores, las poblaciones y la juventud con una verdadera Asamblea Constituyente Libre y Soberana para echar abajo toda la herencia de la dictadura en perspectiva de un gobierno de las y los trabajadores; que termine con el trabajo eventual, el Subcontrato y el trabajo precario ¡todos a planta!
Para recuperar los recursos naturales, y re-nacionalizar los puertos bajo control de los trabajadores y el pueblo, sacándonos de encima a los pulpos empresariales como los Von Appen y Luksic y poniendo las enormes ganancias de los puertos al servicio de las necesidades del pueblo trabajador. Los trabajadores tenemos la fuerza", finalizó.