Este fin de semana comienza en MadyGraf, gestionada por sus trabajadores, la Liga Amistad Obrera. Serán más de cuarenta equipos, masculinos y femeninos, de fábricas y barrios de la Zona Norte. Otros torneos se vienen realizando en otras ciudades. Seguí con nosotros todas las alternativas de esta gran iniciativa social y deportiva.
Ya está todo listo. Este sábado sonará por primera vez el silbato, alguien intentará la primera gambeta, otro se ganará el mote de “rústico”. Se verán los primeros abrazos, se escucharán las primeras charlas.
Arranca la Liga Amistad Obrera. Se jugará en el predio de MadyGraf, la imprenta gestionada por sus trabajadores al borde de la Panamericana. Casi cincuenta equipos, masculinos y femeninos, de las fábricas y barrios de la zona industrial más importante del país. Desde el Parque Industrial de Pilar hasta la General Paz.
Hace meses lo vienen preparando. Cuenta René, obrero de la ex Donnelley: “Solos no hubiésemos podido, entonces compañeros de otras fábricas se sumaron a la preparación. Se discutió con un capitán por equipo, desde el fixture hasta el reglamento deportivo. Se armaron comisiones para mantener el campo de juego, y todo lo que implica la organización de una liga tan grande como la que estamos por lanzar”.
Es que el objetivo es ambicioso: quieren reunir a decenas de equipos en un torneo que durará varios meses. Casi 600 jugadores, 50 equipos, 4 grupos, todos contra todos, dos partidos por fin de semana.
Tienen antecedentes: los campeonatos “relámpago” en esas mismas canchas, y los torneos de la "Amistad Obrera" jugados en otros puntos del país (Rosario, Mendoza, La Plata). El objetivo de todos es el mismo: crear un ámbito para confraternizar, para encontrarse con sus compañeros de trabajo pero también para conocer a los de otras empresas. Compartir jornada a jornada no sólo con los activistas sino también con otros compañeros que no lo son.
Lo explica mejor René: “Queremos que cientos de trabajadores y trabajadoras puedan tener en nuestro predio un lugar de referencia donde juntarse, jugar al fútbol y divertirse. Pero también para discutir en común los problemas que tenemos toda la clase obrera. En el gremio gráfico, por ejemplo, ya se siente el ajuste, hay suspensiones e incluso cierres de fábrica. Lo estamos viviendo con los compañeros de Worldcolor, donde la multinacional norteamericana quiere dejar en la calle a 280 familias. Así que tenemos que ponernos a discutir cómo dar respuesta a estos ataques”.
Fútbol corporativo vs. Amistad obrera
Pero además, dice René: “esta Liga tendrá una particularidad, no habrá ni jefes ni supervisores, ni burócratas que te estén vigilando. Será un campeonato obrero. Acá todos podrán divertirse y opinar, cada trabajador podrá decir lo que piensa”.
Hace pocas semanas, una nota en el portal económico Infobae contaba los nuevos torneos que organizan las empresas, a todo trapo. A los clásicos campeonatos donde intentan mezclar al laburante con el “vigilante”, le ponen nuevos condimentos. “Para ganar en clima laboral y darle partido a la rutina, cada vez más empresas sacan a la ’cancha’ a sus empleados”. Contratan a “famosos” como el "Bambino" Veira o "Caruso" Lombardi, para dirigir a los equipos. “El objetivo es brindar una herramienta de fidelización que ayude a las áreas de Recursos Humanos a afrontar la problemática de falta de identificación que tienen los empleados en la actualidad”. Ponerse la camiseta se dice en criollo.
El capitalismo busca mercantilizar todo lo que toca, incluido el deporte y la recreación del pueblo trabajador. Regimentar lo que pasa en las líneas de producción, pero también lo que sucede después de marcar tarjeta.
Los organizadores, muchos trabajadores de grandes multinacionales de la zona, saben de que se trata. En sus primeros laburos han tenido que bancarse esos “eventos”. Por eso creen que hay que disputarle a las empresas esos ámbitos. Cuenta Damián, obrero de Lear, “este es un espacio donde cientos de compañeros, después de la semana de rutina, buscan liberarse de la opresión del yugo de la máquina, lejos de la mirada de los jefes y patrones”.
Lo dice por experiencia. “La patronal quería organizar la vida social de los trabajadores, y organizaba torneos. El SMATA también. Pero nosotros con la Celeste llegamos a hacer un campeonato de veinte equipos. Un ámbito social que mejoró mucho la relación con los compañeros, permitió que se conozcan entre los distintos turnos, y extender nuestra organización”.
Pero además de las experiencias más recientes, para Damián se trata de recuperar las mejores tradiciones obreras. “Como en los años 30, cuando las corrientes obreras no sólo armaban los torneos como algo recreativo, sino también cultural, y como un lugar para compartir las ideas y organizarse como parte de una misma clase. Y buscaban sumar a esos ámbitos a miles de trabajadores y sus familias. Allí no sólo se hicieron fuertes lazos, sino también se prepararon huelgas”.
Pase a la mujer trabajadora
Los trabajadores de Donnelley también se han caracterizado por otras cosas. El rol y los derechos de la mujer han estado siempre en sus discusiones y sus acciones. La Comisión de Mujeres ha sido más que un puntal de su lucha, y las compañeras son una parte esencial de la organización de la fábrica. La Liga no podría ser diferente. Cuenta María de los Ángeles: “Nosotras venimos impulsando bingos, actividades en la juegoteca, incluso los torneos relámpago que tuvieron equipos femeninos. El objetivo es rodear de solidaridad la causa de MadyGraf y la gestión obrera. Crear un espacio donde todos puedan jugar, pasarla bien, compartir y discutir, lejos de la mirada de la burocracia sindical y los jefes. Por eso pasamos de los campeonatos relámpagos a una Liga que permite confraternizar por meses con muchos compañeros de distintas fábricas. Y que además pueda llegar la familia obrera”.
El torneo femenino comenzará las próximas semanas, pero ya están anotados equipos de fábricas y barrios de la Zona Norte.
“Venimos haciendo cosas con trabajadoras de la alimentación y docentes. La Liga será un espacio para unir todo esto, con mujeres de distintos gremios. Conocer sus experiencias, aportar la nuestra”, dice María.
Será, además, un aporte a la campaña por la expropiación de MadyGraf, bajo gestión obrera.
Hay equipo
Desde Donnelley se ve el imponente óvalo de la Ford. En el quincho de ese predio, donde los obreros comenzaron a organizarse con torneos de fútbol y juntadas, fueron torturados los delegados al inicio de la dictadura militar.
En un desafío a esa historia y a las multinacionales que siguen dejando familias en la calle, los obreros de MadyGraf primero tomaron su fábrica, luego la pusieron a producir, y hoy la ponen al servicio de la organización de la clase trabajadora. Hace poco, algunos de aquellos ex detenidos desaparecidos de Ford recorrieron, emocionados, la planta gráfica.
El torneo que se inicia es, de alguna manera, un homenaje a ellos y todos los que desafiaron la dictadura del capital. Sobre sus cuerpos, pero también sobre sus vidas y sus momentos de ocio.
También será un homenaje a uno de los militantes que dedicó su vida a la organización de los trabajadores de la zona, Leo Norniella. El primer torneo llevará su nombre.
Comienza a rodar la pelota. Comienzan las charlas, los encuentros. La Izquierda Diario, que cubre los grandes eventos deportivos y también critica la mercantilización que hace el capitalismo de nuestra recreación, estará allí, y en otros torneos de otros lugares del país. Fecha a fecha, en una nueva sección, mostraremos los resultados, las mejores jugadas, los comentarios, las reflexiones e iniciativas que surjan de la Liga.
Hay equipo.