En una elección muy polarizada que confirmó el “voto castigo” contra el macrismo, el Frente de Izquierda Unidad saca 580 mil votos a presidente y casi 800 mil a cargos legislativos. El desafío de aprovechar la masiva llegada de las propuestas de la izquierda para lo que viene: una nueva experiencia con un gobierno peronista y las rebeliones contra el ajuste que recorren América Latina.
Si las PASO fueron para muchos una sorpresa, las elecciones de este domingo fueron una confirmación. Las expectativas de terminar con las penurias que deja Cambiemos fueron canalizadas por el Frente de Todos, aunque fuera como “malmenor”. El otro dato importante fue la gran polarización que lograron el peronismo y el macrismo, con ayuda de los grandes medios de comunicación. Juntos Todos apostaron a un virtual balotaje. Entre ambas fuerzas se llevaron casi el 90% de los votos.
Con una campaña militante y creativa que le permitió llegar a millones en todo el país, con su pico en los debates presidenciales, el Frente de Izquierda Unidad dio una fuerte pelea contra los partidos tradicionales para defender su espacio político. El resultado, con un retroceso en la fórmula presidencial y un crecimiento en la categoría de diputados y diputadas, si lo vemos de conjunto confirma el apoyo político de un sector significativo de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud a una alternativa política claramente anticapitalista.
La votación es valiosa no solo por lo difícil de la elección. También lo es porque la izquierda se mantiene como una voz imborrable en la política nacional. Y lo hace en un escenario económico y político cada vez más convulsivo y cambiante.
Por un lado, porque amplios sectores votaron a la fórmula Fernández-Fernández con la expectativa de mejorar su situación pero el nuevo gobierno peronista deberá administrar un país en crisis. Durante la campaña, Alberto Fernández insistió que “vienen tiempos difíciles”. La crisis de la deuda y la continuidad de la recesión lo confirman. Por eso prepara un pacto social con empresarios y cúpulas sindicales para aplicar sus planes de gobierno. Un pacto al que ahora tendrá que sumar al macrismo, o sea a la derecha, que se propone como “oposición constructiva”. Como analizamos en otra nota, ese camino está lleno de tensiones. El Frente de Izquierda seguirá en las calles, junto a todas y todos los que tienen ilusiones de recuperar lo perdido.
Por otro, porque entre agosto y octubre ha empezado a cambiar profundamente la situación política en América Latina. Puerto Rico, Honduras, Ecuador y ahora Chile muestran que son millones los que repudian los planes de ajuste, como podés verlo en la cobertura especial de La Izquierda Diario. Ya no hay “viento de cola” y las rebeliones populares contra las consecuencias más brutales del capitalismo se contagian. Esas rebeliones, todavía recientes y sin el protagonismo de la clase trabajadora con sus métodos y programa, no terminaron de expresarse en un mayor voto a la izquierda; es cierto. Pero marcan el inicio de un nuevo ciclo político para el que tenemos que prepararnos.
Por eso, esos cientos de miles de votos al Frente de Izquierda Unidad tienen una gran importancia para los tiempos que vienen.
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Una valiosa votación en una elección difícil
En un clima de polarización y de voto castigo al gobierno, la fórmula presidencial Del Caño-Del Plá se acerca a los 580 mil votos, ubicándose como cuarta fuerza nacional. En ese mismo marco hay que destacar la campaña y votación que hicieron Christian Castillo y Gabriel Solano en las elecciones bonarense y porteña, respectivamente.
Myriam Bregman y el FIT-U pelearon contra la polarización que también vimos en la Ciudad de Buenos Aires. En una importante elección, el FIT-U sacó más de 120 mil votos a Diputadas/os y está muy cerca de conquistar una banca en el Congreso, lo que se verificará o no en el escrutinio definitivo. Ya está confirmado que Alejandrina Barry, del PTS-FITU, conquistó una banca como legisladora porteña. En la Provincia de Buenos Aires Néstor Pitrola también estuvo, con los resultados provisorios, muy cerca de reforzar la bancada que la izquierda hoy tiene en el Congreso. No nos olvidemos que hasta el 2021 Nicolás del Caño y Romina del Plá seguirán ocupando sus bancas.
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En muchas provincias el Frente de Izquierda logró muy buenas votaciones en la categoría Diputados, acercándose a los resultados de agosto. Valen como ejemplo la votación al dirigente ceramista Raúl Godoy en Neuquén, al obrero de recolección Alejandro Vilca en Jujuy y a Gloria Sáez en Chubut. En esta provincia, donde sus trabajadores y trabajadoras llevan más de 3 meses de lucha, la izquierda recibió una buena votación en todas las categorías. No es casualidad. Fue Nicolás del Caño quien denunció en el debate presidencial al gobernador Arcioni (FdT) por no pagarles a docentes y estatales que luchan por sus salarios.
En medio de un fenómeno que buscó castigar a Macri en las urnas apoyando a la fórmula que podía ganarle, la simpatía por la campaña y los candidatos y candidatas del FITU llegó muchísimo más lejos.
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Una campaña militante, masiva y socialista
El Frente de Izquierda Unidad enfrentó a los grandes aparatos políticos con la campaña más masiva de su historia. Con creatividad y un mensaje claro, llegó a millones con un programa claramente anticapitalista, de clase.
Fue la única campaña que defendió la agenda de los trabajadores, las mujeres y la juventud. Que rechazó cualquier pacto con el FMI; que dijo que la deuda es un saqueo y esa plata tiene que ir a las necesidades populares; que insistió en que hay que anular los tarifazos y echar a los privatizadores; que hay que nacionalizar la banca para terminar con la fuga de capitales; que las mujeres no tienen que “esperar” y hay que conquistar el derecho al aborto legal, seguro y gratuito; que hay que apoyar las rebeliones populares en el continente y pelear para que gobierne la clase trabajadora y la crisis la paguen los capitalistas.
Uno de los momentos centrales fueron los debates presidenciales. Millones los miraron por televisión y siguieron debatiendo luego en todos los rincones del país. Del Caño aprovechó su tiempo para explicar la posición de la izquierda sobre los más diversos temas. No solo desnudó el derechismo de Macri y las complicidades del peronismo, o reivindicó las rebeliones en Ecuador y Chile. Utilizó esa tribuna para decir que el capitalismo no va más y dejar clara la perspectiva del Frente de Izquierda: "Nosotros somos socialistas, luchamos por un gobierno de las trabajadoras y los trabajadores, una democracia mil veces superior a esta. Creemos que a pesar de lo restringido de esta democracia hay que plantear una medida para que el pueblo decida sobre todo, porque la crisis es gravísima. Por eso proponemos una asamblea constituyente, libre y soberana", dijo Nico.
A pesar de lo limitado del tiempo, nunca la izquierda revolucionaria pudo explicar tan masivamente sus ideas como en esos debates y esta campaña. Ese es un hecho indiscutible de estas elecciones.
Fue además una campaña militante y combativa. Nuestros candidatos y candidatas recorrieron cientos de ciudades. Pero además la militancia del FIT-U siguió apoyando cada lucha, de agosto a octubre. Como siempre. Mientras el peronismo llamó a “salir de las calles”, la izquierda estuvo junto a quienes resisten el ajuste en Chubut, a quienes ocupan sus fábricas para defender sus puestos de trabajo, a los movimientos de desocupados que enfrentan el hambre. Por eso cerró su campaña en el Consulado de Chile apoyando aquella rebelión.
La simpatía que despertaron las propuestas del FIT-U, ayudaron a poner comités de apoyo en provincias y ciudades de todo el país. La participación miles de luchadores clasistas, mujeres y jóvenes ha sido una de las grandes conquistas de estos meses de campaña. Esa juventud, la misma que se levanta en muchos países del mundo, son una energía fundamental para las luchas que vienen contra los ajustes y el capitalismo.
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La izquierda clasista y lo que viene
Estamos orgullosos y orgullosas de la masiva campaña que hicimos y de los cientos de miles de votos que resistieron la polarización. De haber dado una pelea política durísima contra la derecha y contra un frente repleto de gobernadores cómplices de Macri, dinosaurios antiderechos y burócratas sindicales. De haber intentado por todos los medios posibles de aumentar la influencia de las ideas de la izquierda revolucionaria.
Es parte de una pelea mucho más grande. La de seguir construyendo una fuerza política de los trabajadores, las mujeres y la juventud. Que tenga una fuerte militancia en los lugares de trabajo, de estudio, en los barrios. Que pueda movilizar a miles en las calles. Que busque cada día como llegar con sus ideas socialistas a millones. Pero sobre todo, que se prepare para lo que viene. Ecuador, Chile y las rebeliones en otros países marcan la crisis del capitalismo y el retorno de la lucha de clases. La tarea de construir un partido de la clase trabajadora para que la crisis la paguen los que la generaron se hace más vigente que nunca.