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Red Internacional

Cine. El desarmadero, un laberinto de dolor y terror

En su nuevo film, Eduardo Pinto habla del dolor, de la culpa, de la pérdida y de la dificultosa tarea de recuperarse. Entre el terror psicológico y aquel cine de terror de los 80.

Lunes 10 de octubre de 2022 | 09:30

Bruno (Luciano Cáceres) es un artista plástico que ante un hecho doloroso, abandona su arte y se sumerge en el camino de intentar superar lo ocurrido con la ayuda de un amigo, Roberto ( Pablo Pinto) y de una psiquiatra (Malena Sánchez). Roberto le ofrece cuidar el desarmadero de autos que posee.
Instalado en el tráiler, debe cuidar que nadie se robe partes de los autos que están abandonados. Allí descubre algo, un objeto en uno de los autos que lo hundirá en una espiral de locura, de danzas de espectros, y donde los límites de lo real y lo onírico lo retarán a recuperar la cordura o llevarlo al mundo de los muertos, al reencuentro con sus seres queridos. Pero Bruno no puede ni con su alma, ni con su cuerpo ni con su culpa. Él debía estar con su esposa y su hija, debió cuidarlas.

En su noveno film, Eduardo Pinto combina el terror psicológico con el cine de terror con mensaje social y con el drama, y lo hace con solidez. Planos filmados con drone que dan sensación de velocidad, vértigo, amplitud, grandilocuencia y que también anuncian fatalidad. Los planos angulares generan un escenario de irrealidad dentro del tráiler en el desarmadero, escenario donde se desarrolla casi la totalidad del film.
El espacio es un laberinto de autos abandonados, muertos, que guardan historias y que está ubicado al lado de una autopista, donde van y vienen autos vivos, con personas que se mueven.
Como ya lo había mostrado en Corralón, 2017, y en Caño Dorado, 2009, Pinto también se ocupa de los otros muertos, de las personas que el sistema deja afuera, simbolizados en Ojoloco (magistral Diego Cremonesi) que merodea siempre el desarmadero buscando, junto con sus hijos, robar para sobrevivir. De estos también se deberá encargar Bruno, de ahuyentarlos, aunque sea a los tiros con un revólver que Roberto le dio.

Las escenas familiares suceden en una iglesia con un gran parque, una ambientación bucólica, para mostrar el amor entre Bruno, su esposa (Clara Kovacic) y la hija de ambos (Amelia Cáceres Currá). Un paisaje idílico que se vuelve escalofriante. Algunos elementos, como la imagen de un ciervo, que es la encarnación de los espíritus y las leyendas, contribuyen a crear una atmósfera de amenaza permanente.
Luciano Cáceres aparece casi en la totalidad de la película, llevando adelante un personaje torturado. Con precisión y talento, encarna un hombre desesperado, angustiado, que grita que no está loco, que está solo. Un giro final en la película, llevará todo más allá, al límite de la cordura, de lo que es real y de lo que no.
Al mismo tiempo, el director y guionista eleva una crítica no solo al sistema que empobrece y quita dignidad a los marginados, sino también al sistema de salud psiquiátrico. Una deuda eterna de los gobiernos y de la forma en que la psiquiatría, en general, trata a las personas que han sufrido un trauma, con psicofármacos, internaciones en hospitales que se caen a pedazos y dependiendo de la buena voluntad del personal de salud.

Eduardo Pinto perpetúa un legado que se transmite a nuestros días: el cine de miedo con pequeños homenajes al cine de los 80, el cineasta dialoga con el ojo y la memoria de los espectadores con imágenes que invocan a Christine de John Carpenter, Carrie de Brian de Palma, La isla siniestra de Martin Scorsese y por supuesto al monumental David Cronenberg.
El cineasta vuelve a mostrar su talento en lo visual, en el encuadre y la fotografía. Con una prolífica carrera que incluye la dirección de siete capítulos del unitario Tiempo de pensar, dirigió y fotografió más de 150 videoclips de artistas nacionales e internacionales, ganador del MTV Awards por el video clip Color Esperanza de Diego Torres. Además de sus ocho films, acaba de volver de Madrid donde dirigió la miniserie El ático.

El desarmadero se presentó en el 36º Festival de Cine de Mar del Plata, ganó el premio a Mejor película Apima y Mejor Director en el BARS, Festival Internacional de Cine España 2022, MAFICI ,Festival Internacional de Cine de Barcelona, Festival Internacional de Cine de Bangladesh.

Ficha Técnica:
Escrita y dirigida: Eduardo Pinto.
Fotografía: Fernando Lugones
Elenco: Luciano Cáceres, Pablo Pinto, Clara Kovacic, Malena Sánchez, Diego Cremonesi, Fernando Pérez, Amelia Cáceres Currá, Gerónimo Pérez, Joaquín Cáceres, Pablo Ríos.
Música: Manuel Pinto
Canción: Morella, Ciro y Los Persas.


Temas

Cine    Cultura

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