¿Qué le puede aportar la filosofía y particularmente la llamada "filosofía feminista" a los momentos que vivimos , en medio de la pandemia? ¿Con qué tradición contamos para pensarlo? Para conocer un poco más, en #SeTeníaQueDecir hablamos con Danila Suárez Tomé.
Danila Suárez Tomé es Doctora en Filosofía, docente universitaria, e investigadora del Conicet. Se especializa en teoría del conocimiento, feminismos y género y se define como una "obrera de los conceptos’’.
Para conocer qué le puede aportar la filosofía, y particularmente la llamada filosofía feminista a los momentos que vivimos, en medio de la pandemia, este viernes hablamos con Danila, que nos llevó a pensar en la complejidad de la crisis social, económica y sanitaria desde esa perspectiva.
Lo urgente y lo necesario
Danila parte de una definición: "la filosofía, en general, no es demasiado buena para pensar lo urgente, pero sí lo necesario", y por eso considera que "es un gran momento para aprovechar a reflexionar en torno a la detención del tiempo en medio de esta pandemia". Ella destaca que las diferentes formas en las que empezamos a habitar el espacio, a partir de la limitación de la circulación, a veces "nos permiten parar un poco y abusar de la actitud filosófica, que es básicamente detenernos, poner un poco de distancia con lo que está sucediendo con la vida, que en general nos atrapa de modo irreflexivo, que vivimos como en ’piloto automático’, y empezar a tratar de reflexionar sobre los diversos modos en los cuales vivimos, cómo esos diversos modos en los cuales vivimos son parte de un sistema mas amplio".
Para Danila, ese "sistema más amplio", tiene mucho que ver con cómo se fue gestando esta pandemia: "nuestros modos de consumo, nuestros modos de desplazamiento, nuestros modos de comprender qué es la libertad, la vulnerabilidad humana, nuestra relación con los animales. Todas estas cuestiones las podemos reflexionar justamente justamente cuando nuestra vida se detiene un poco, porque la filosofía es eso, es distanciamiento, es parar y poder reflexionar sobre lo que habitualmente no reflexionamos".
Te puede interesar: Feminismo, interseccionalidad y marxismo: debates sobre género, raza y clase
Te puede interesar: Feminismo, interseccionalidad y marxismo: debates sobre género, raza y clase
La pandemia, el "hackeo" de nuestras vidas y los aportes de los feminismos
Pero el tiempo no se detiene para les millones que mueven el mundo: la clase trabajadora y los sectores populares. La lucha contra el sistema capitalista, que hoy descarga su crisis sobre los que menos tienen, es fundamental para terminar con los agravios que provoca la explotación y las opresiones de raza, de género o de sexualidad.
Danila señala que la "filosofía feminista" aporta "una clave muy interesante para pensar este momento de pandemia, que es justamente la ’vulnerabilidad humana’: la idea de cómo un bichito tan chiquito puede venir a hackearnos nuestra vida por completo".
"Y la filosofía feminista, lo que permite ver es que en realidad no es solamente ese bichito, sino los modos en los cuales vivimos, consuminos y nos encontramos situados socialmente en un sistema depredador, un sistema que no pone a la vida en el centro sino a la acumulación del capital en muy pocas manos", sostiene.
"Este es un sistema depredador, que no pone a la vida en el centro sino a la acumulación de capital en muy pocas manos", definió Danila.
También considera que "es un gran marco para pensar en la interdependencia humana, en la necesidad de poner la vida y el cuidado en el centro de la economía y de la política y de cómo generando ese tipo de transformaciones podemos podríamos ahorrarnos todos estos problemas que tenemos hoy en día".
Además piensa que la filosofía no es sólo para "filosofar", sino que puede aportar a transformar la realidad, y por eso también lleva sus reflexiones a la situación que viven hoy las mujeres y disidencias.
"Una de las cuestiones que salimos a decir las feministas ni bien empezamos con esto. es que pueden parar todo el mundo, pero el trabajo reproductivo, de cuidados, el trabajo no solo informal sino también el formal", no para.
Es algo que permanecía invisibilizado, oculto, naturalizado, incluso para muchas de sus protagonistas, entre las que se encuentran las mujeres de las villas que paran la olla y se organizan para reclamar ante la pandemia, a las trabajadoras del hospital público, que están en la primera línea de los contagios, y de las muertes por covid-19. Sobre ellas, igual que sobre las trabajadoras de casas particulares, o sobre muchas de las jóvenes precarizadas, recae la llamada "doble jornada laboral", en el trabajo y en la casa.
"Colapsó de repente el esquema de cómo organizamos el trabajo social", dice Danila, y explica que lo que colapsó es el hecho de que "pareciera que el único trabajo que se hace es el productivo y de repente tuviéramos que encerrarnos en cuarentena para que ’emerja’ el problema del trabajo de cuidados". Las mujeres y otras identidades que cumplen roles feminizados, de trabajos de cuidados, de trabajos reproductivos, "se ven particularmente afectados".
Para Danila, "si bien es un momento muy angustiante, y en donde realmente se ponen más crudas todas las opresiones y las formas de discriminación, sociales y estructurales, es un buen momento para hacerlas más y más visibles y poder demostrar que en realidad tenemos que transformar esto, esta manera de organizarnos, que en realidad no nos permite desarrollarnos plenamente como seres humanos".
Lo público y lo privado en tiempos de pandemia
El movimiento de mujeres venía siendo un actor muy importante en las calles, con movilizaciones enormes, que expresaron un fenómeno profundo a nivel social. Sus demandas no cambian, y en medio de la pandemia, los motivos que las sostenían se vuelven incluso más urgentes, y también más necesarios, como planteaba quizá al comienzo de esta charla Danila Suárez Tomé.
La situación de quienes siguen accediendo al aborto en condiciones de clandestinidad, o de quienes ni siquiera pueden hacerlo (algo que la OMS estima que al finalizar la pandemia se traduciría en unos 15 millones de embarazos no deseados más que lo habitual); las condiciones en que viven las mujeres que siguen cayendo en la miseria, y siendo mayoría entre quienes menos tienen; la condiciones que el aislamiento impuso a las víctimas de violencia de género, son parte de esas demandas. ¿Cómo pensar en este momento la protesta? ¿Y qué distancia puede haber entre "lo urgente" y "lo necesario"?
La experiencia de ese movimiento demostró que "poner el cuerpo en la calle" es algo que fundamental para la conquista de derechos. Y Danila destaca que "si hay algo que le sobra a los movimientos de resistencia, y especialmente a los latinoamericanos, y argentinos, es la imaginación política". Pero es cierto, reflexiona, que "es muy difícil, especialmente para el feminismo, que es un movimiento que se caracteriza justamente por salir de lo privado, de lo doméstico, e ir a conquistar lo público, de donde a las mujeres y las disidencias nos han echado todo el tiempo".
"No poder estar ahí, reclanando el espacio público que nos corresponde tiene algo de trágico, algo que nos cuesta mucho", sostiene, y destaca que sin embargo hay algo aún más importante, que es que "la imaginación política se activa de algunas maneras y que se pueden hacer muchas cosas. Creo que es un buen momento para pensar en eso y no replegar, por sobre todo".
Predecesoras
Muchas mujeres marcaron el camino para pensar esta situación. En el campo de la llamada "filosofía feminista", Danila destaca que también estuvieron aquellas que marcaron un camino en el campo del conocimiento.
"La filosofía feminista, como corpus teórico, académico, como algo que se estudia, y tiene sus nombres, es relativamente nueva, porque empieza a conformarse como canon en los ´70, con las producciones de las primeras teóricas feministas ’de la segunda ola’, pero si vamos más para atrás, la piedra fundante de la filosofía feminista, es Simón de Beauvoir, ’El segundo sexo’", dice Danila, y cuenta que en este momento, en el Centro Cultural Tierra Violeta, junto a la filósofa Diana Maffía, realizan un grupo de lectura que ya promedia el tomo dos de este libro que salió a la luz en 1949, poco después de finalizada la Segunda Guerra Mundial.
Publicado en dos tomos, de más de mil páginas, del que se vendieron más de 22 mil ejemplares al salir, sólo en una semana, El segundo sexo de Simone de Beauvoir fue un verdadero escándalo para la época, justamente al poner luz sobre la opresión de las mujeres y de la humanidad en general. Danila cuenta que "los chismes de la época" dicen que en Francia, donde vivía, después de la primera publicación ya no la dejaban entrar siquiera a los bares que solía frecuentar.
El libro, repudiado por la cúpula del Vaticano, llegó a América Latina recién después de la década del 70, fue prohibido en España por Franco y en Rusia por Stalin, y convirtió a Beauvoir en la primera filósofa de la segunda posguerra (que entre otras cosas llamaba a las mujeres a someterse a las tareas del hogar) en interesarse en el estudio de la situación de las mujeres y su negación en la historia, y a El segundo sexo en una puedra angular de los feminismos, y también -por supuesto- de sus debates.
Te puede interesar: La emancipación de las mujeres en la obra de León Trotsky
Te puede interesar: La emancipación de las mujeres en la obra de León Trotsky
Diana Maffia, María Lugones, que falleció recientemente y es otra filósofa latinoamericana, Ángela Davis, son algunas de las contemporáneas que Danila recomienda conocer para profundizar los debates. "Una filósofa súper conocida es Judith Butler, aunque es más complejo que simplemente decir ’leanla’", afirma, ya dejando abierta la puerta para nuevas charlas con #SeTeníaQueDecir y La Izquierda Diario. De ellas, cuenta, hablará en un curso sobre Introducción a la teoría feminista.
Te puede interesar: ¿Quién es Judith Butler?
Te puede interesar: ¿Quién es Judith Butler?
Peripatéticas
Junto a Natalí Incaminato, Danila impulsa "Peripatéticas", un podcast "conurbano" que realizan articulando literatura, filosofía, reflexiones, y sobre todo, trabajo común, en equipo. "Teníamos ganas de hacer algo en conjunto. Ella viene de la literatura, yo de la filosofía, y si bien no pensamos lo mismo y se nota en los guiones, tenemos una linda dinámica de discusión intelectual que queríamos llevar a algo más divulgativo, y salir de nuestra zona de confort, hacer algo en otro formato", cuenta.
Peripatéticas, cuenta, surgió con la idea de tomar temas atemporales: "hablamos del amor, la angustia, la muerte". "Temas que nos pueden tocar independientemente de quienes seamos, dónde estemos, cómo vivamos". El interés también fue situar esos temas en el conurbano, "para sacar la idea de que la cultura, y todo, se produce en Capital Federal, y no sólo ahí sino en el norte de Capital Federal", enfatiza, y ríe.
Mirá la entrevista completa.