El dirigente del PTS y referente del Frente de Izquierda desarrolló las amalgamas discursivas y los propósitos económico-políticos de Milei, Bullrich y los medios que reproducen el programa mal llamado “libertario”. Además sentenció que ya es momento de rehabilitar el debate sobre la construcción de otro sistema, el socialismo. Miralo.
Christian Castillo participó el domingo a la noche del programa “Conflicto de Intereses”. Allí conversó sobre las características de la ultraderecha en Argentina, centralmente de expresiones políticas como las de Javier Milei y Patricia Bullrich. La entrevista arrancó con una pregunta sobre por qué consideran ellos “que hay espacio para andar proponiendo cosas tan peligrosas” como el armamento de la población. Aquí sus definiciones.
Sobre la posibilidad de que Gustavo Petro llegue a la presidencia de Colombia y los paralelismos con la situación en Argentina, Castillo dijo ante todo que las de ambos países “son realidades políticas diferentes. Colombia tuvo una rebelión popular muy importante que alteró en parte el mapa político previo. Ése es un dato para tomar en cuenta, más allá de que es cierto que el establishment colombiano se termina inclinando por Hernández porque opinaba que es el que puede dar pelea en la segunda vuelta. Si salía segundo Gutiérrez, el candidato del uribismo y continuador de Iván Duque, no tenía ninguna posibilidad en la proyección de encuestas respecto a la posibilidad de la segunda vuelta. Si lo comparás con Argentina, acá se vive una situación donde hubo un fracaso de Macri y ahora hay un fracaso del Frente de Todos. Sobre esa realidad se monta por un lado la proyección de Juntos por el Cambio y el intento de recauchutarlo con distintas variantes, y por el otro lado la idea de una derecha dura. Ése es el plan de la clase dominante, que tiene un plan sobre qué hacer con Argentina, un país primarizado, donde siga creciendo la desigualdad y quitarle los derechos laborales a la parte de la clase trabajadora que aún los tiene. Una Argentina donde intentan convencer a la juventud, que en su gran mayoría trabaja en la informalidad o trabaja en condiciones de absoluta precariedad, de que la salida pasa por quitarle derecho a los que lo tienen y no por conseguir derechos los que no lo tienen. O que a lo sumo podés lograr una formalización con salarios de $ 30 mil, $ 40 mil o $ 45 mil. Ése es el plan que tienen, una Argentina privatizada y extraactivista”.
Luego le preguntaron “¿qué pasa que hoy cierto sector de la juventud no se enamora más del discurso de la izquierda en tanto rebeldía, mover el statu quo y cambiar el sistema, sino que (te lo pongo en términos de la pregunta que se hace Pablo Stefanoni en su libro) la rebeldía se volvió de derecha?”. Castillo respondió con contundencia.